jueves, 28 de octubre de 2010

Tiramisú

Es entrañable pensar en las posibilidades que se nos presentan día a día, sobretodo en esos pequeños periodos de tiempo que en los que vas de un lado a otro siguiendo con tu rutina, en esos intervalos podrías hacer mil cosas pero como tienes tu fin establecido no piensas en más que en ir donde vas y en lo que harás allí, y eso en contadas ocasiones, a no ser que en tu rutina diaria no entre rutina alguna.
Tú podrías ser la chica que me hiciese perder los papeles, que me pusiera nervioso, que me hartaba y luego añoraba; y no eres la más guapa de la calle, eso es obvio, pero eres la que está a mi lado, casi nos rozamos, y no he podido evitar verte. Tienes la nariz enrojecida por el frío y mira que vas abrigada con la bufanda y el gorro, estás muy mona, pero lo mejor está en tu mirada, fija hacia delante mirando el semáforo, a la espera de que se ponga en verde; como yo. Mira que casualidad, ya tenemos algo en común. Pero nunca nos conoceremos, y nunca podré invitarte a comer un trozo de Tiramisú en mi terraza favorita número ocho.

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